El inicio del consumo responsable
Los materiales orgánicos son todos aquellos que provienen de plantas o animales, en nuestro caso, utilizamos la lana y el algodón para la elaboración de piezas textiles.

La lana proviene de granjas de ovejas en Cundinamarca y Boyacá. La lana es esquilada de manera tradicional, consiste básicamente en peluquear la oveja con tijeras especiales.
Una oveja se esquila 2 veces al año y de su lana pueden salir aproximadamente 6 ó 7 kilos de materia orgánica, dependiendo de la edad.
La lana se lava con jabón y agua para retirar residuos de pasto y tierra, luego, se seca al sol. El proceso final es hilarla a mano con carrumba así quedan los ovillos listos para tejer en el telar.

El algodón es una planta cultivada principalmente en la región norte de Colombia, se lava y se seca, luego se hila en una máquina semi-industrial para obtener una hebra fina y resistente. Se tensa y se encona en tubos de cartón para que quede lista para tejer en el telar.

Los textiles orgánicos van más allá de una memoria artesanal (hablaremos de ello en un próximo post), el uso de estas fibras tienen múltiples beneficios:
∞ Optimizan la ventilación, evitando la acumulación de ácaros.
∞ Contribuyen a la sostenibilidad gracias a su larga vida útil.
∞ Crean barreras de protección natural contra los campos electromagnéticos, favoreciendo la salud y el descanso.
∞ Responsables ambientalmente por el uso ecológico de todo el proceso y porque las fibras se degradan naturalmente, mientras las materias sintéticas (poliéster, nylon, spandex, entre otros), liberan toxinas perjudiciales para la piel y para el ambiente.
∞ Se adaptan a la temperatura del cuerpo y de los espacios.

Nuestro consumo responsable debe ser una prioridad si queremos que nuestra madre, la tierra, reciba amor. Nuestra transformación de los hábitos cotidianos, se puede hacer de forma progresiva, y con consciencia podremos dejar un mejor lugar para las generaciones venideras. Además de apoyar comercios locales, artesanales, conscientes y limpios.
